Déjame confesarte que siempre me ha dado pánico decirle ‘No’ a un cliente, pero he llegado a esta conclusión, después de más de veinte años de profesión, de que no puedo trabajar con todos.
Durante toda mi vida laboral he tratado de ayudar a toda aquella persona que necesitaba de mi experiencia profesional, supongo que también ha influido mucho el hecho de que mi familia tenía un negocio de hostelería y, durante todos esos años, “mis padres se desvivían por sus clientes”. El cliente siempre tenía prioridad sobre cualquier otro asunto, eso es algo que me han inculcado desde que era una niña.
¿Cómo iba a decirle yo a un cliente vendedor que no iba a vender su propiedad? ¿Y si se enfadaba conmigo? ¿Y si al final la vende? ¿Y si la encarga a otro agente inmobiliario?
Durante todos estos años he aprendido que, en la mayoría de las ocasiones, decir NO a un cliente que no confía en ti, que no se deja asesorar y que desea fijar un precio desorbitado por su propiedad, es una oportunidad de oro para conseguir otros clientes vendedores de mayor calidad que SÍ quieren trabajar contigo, que desean vender su propiedad y que valoran tu trabajo y esfuerzo.
Así que, ahora ya no me angustio como antes, si tengo que decirle a un vendedor que no puedo encargarme de la venta de su vivienda. Aunque, la verdad, todavía me sigue costando un poco, pero sé que estos “NO” podrían ser al camino a muchos “SI”.
Gracias por estar ahí….
